Vikingos
Serie Saga PENYA en Español
 
Las leyendas, historias y dioses de los nórdicos
 
Desde Odín y Thor hasta Heimdall y la diosa del amor Freya o la diosa de la muerte Hela
La gran saga de los dioses y héroes vikingos
 
Muy por encima de las tierras del norte, donde las noches de invierno brillan con luces verdes danzantes y el viento aúlla como lobos, una vez se alzaron los poderosos salones de dioses y héroes: los salones de Asgard.
 
El comienzo de todo: una aventura de cuento de hadas para dormir
Érase una vez, hace muchísimo tiempo. Todo era diferente a lo que es hoy. Nadie vivía, nadie reía, nadie despertaba por la mañana. No había sol, ni estrellas, ni sonido, ni viento, ni luz; solo oscuridad. La oscuridad se llamaba Ginnungagap, y era tan vasta y profunda que nadie podía decir dónde empezaba ni dónde terminaba. En este vacío infinito, no había tiempo, ni arriba ni abajo. Algunos dicen que solo la imaginación puede vagar aquí.
 
Pero entonces, muy al norte, estaba Niflheim. Esta era la tierra de la niebla y el frío. Por todas partes, se elevaba vapor blanco de profundos manantiales helados. El viento a veces cantaba suavemente, y cristales centelleantes flotaban en el aire. Allí no había calor. Todo estaba helado y silencioso.
 
Pero en el extremo sur, Muspelheim resplandecía. La tierra estaba llena de llamas abrasadoras, chispas que salpicaban y brasas crepitantes. El fuego era ardiente, salvaje e indomable. Gigantescos gigantes de fuego danzaban y pateaban tan fuerte que a veces incluso la oscuridad temblaba.
 
Donde el frío gélido de Niflheim y las llamas abrasadoras de Muspelheim se encontraron en Ginnungagap, ocurrió el milagro más asombroso: comenzaron a forcejear y a fluir. La niebla se derritió en el fuego, y el fuego silbó en la escarcha. De esta lucha entre el frío y el calor, algo comenzó a vivir, mucho más grande que cualquier sueño.
 
Una gota se derritió, luego otra, hasta que una gran figura creció. Así nació Ymir, el primer gigante. Era enorme, poderoso y completamente solo. Con cada respiración, creaba nueva vida. Con su primer paso, el vacío se estremeció, y con el segundo, el frío goteó, y de ahí surgieron otros seres.